- Xavier Gil Pecharromán 1/07/2019
En 2018 se registraron 189 convenios preconcursales. En el 50,8 por ciento, un total de 96 casos, la expectativa de recuperación de los acreedores ordinarios es de hasta el 47,6 por ciento por ciento del valor nominal de sus créditos. No obstante, en un 5 por ciento de los casos la recuperación de los acreedores ordinarios es del 2,8 por ciento, mientras que en otro 5 por ciento la expectativa llega hasta el 100 por ciento.
En 2018 los convenios anticipados supusieron unas expectativas de cobro superiores a las ofrecidas por los aprobados en fase sucesiva, siendo del 75,8 por ciento, frente al 47,6 por ciento, respectivamente.
Así lo reflejan lo s Registros Mercantiles en el Anuario de Estadística Concursal 2018, publicado por el Colegio de Registradores de la Propiedad y Mercantiles de España, que examina 3.593 autos de declaración de concurso, 2.316 autos de apertura de fase sucesiva, 189 sentencias de aprobación de convenio y otros 4.381 autos de conclusión de concurso.
Un esfuerzo baldío
Cerca del 70 por ciento de las empresas que llegan a concurso de acreedores no tiene posibilidades de reducir la deuda. De ellas, el 66,2 por ciento registra pérdidas netas, mientras que un 55,6 por ciento no genera recursos positivos. Por otra parte, un 13,2 por ciento de estas sociedades con los recursos que generan tardarían en torno a 25 años o más en cancelar sus deudas.
Un dato destacable es que la viabilidad de la sociedad concursada está condicionada por un nivel elevado de aprovisionamientos, que dejan hasta un 53 por ciento del volumen de negocio para retribuir al resto de factores de producción.
El 50 por ciento de la muestra acumula un pasivo exigible cercano al valor total del activo, con un apalancamiento del 95 por ciento. Y un 5 por ciento refleja una deuda igual o inferior al 34 por ciento del activo total. Otro 5 por ciento muestra dificultades insalvables, con un 910 por ciento de apalancamiento.
La mediana del pasivo acumulado fue en 2018 de 420.632 euros, mientras que un 5 por ciento de las sociedades con activos patrimoniales, próximos o superiores a los 9 millones de euros. Asimismo, un 5 por ciento de las que entraron en concurso en 2018 disponía de activos en el entorno a los 12.404 euros.
Para el 50 por ciento de las sociedades las reservas representan como mucho un 10 por ciento sobre la inversión. En cambio, para el 25 por ciento del extremo superior las reservas alcanzan el 36 por ciento o más del valor del activo. Se ha constatado que en un 41,6 por ciento de las sociedades la destrucción patrimonial ha sido completa, con fondos propios negativos.
Plantillas elevadas
La plantilla laboral de la sociedad que inició concurso en 2018 es mayor a la del conjunto de empresas españolas. De éstas, poco más de la mitad contrata de uno a dos empleados (50,62 por ciento), mientras que entre las concursadas el porcentaje es del 29,02 por ciento.
Un 16,27 por ciento de concursadas están dentro del tramo de 10 a 19 asalariados, por contraste al 8,16 por ciento del conjunto de empresas españolas. La diferencia es también clara en el tramo, de 20 a 49 asalariados en el 12,95 por ciento de las concursadas, frente al 4,7 por ciento del conjunto total.
Por otra parte, la mitad de la muestra de sociedades concursadas reflejó un número superior a seis asalariados, y el 25 por ciento de las más grandes superó los 14. Como dato curioso, un 5 por ciento contrataba más de 46 asalariados.
La construcción mejora
Con respecto a la actividad desarrollada, la mayor parte de las sociedades que entraron en concurso en 2018 se dedicaban a servicios no constructivos: un 59,4 por ciento.
El resto se compone de sociedades vinculadas a la construcción (un 25,8 por ciento) y a la industria (un 13,4 por ciento), alcanzando el sector primario (agricultura y pesca) un 1,4 por ciento. Y atendiendo a los sectores en los que los acreedores se mostraron más proactivos, destaca el de materias primas para la construcción, con un 16,67 por ciento, seguido del subsector inmobiliario, con el 12,56 por ciento.
Las sociedades cuyo procedimiento fue promovido por los acreedores que luego deriva en concurso necesario constituyen el 6,1 por ciento del total de concursos iniciados en 2018. Además, el tamaño de la sociedad que inicia concurso por iniciativa del acreedor es muy superior al resto, ascendiendo el pasivo de la sociedad típica (mediana) de ese grupo a 1,2 millones de euros frente a 408.629 euros.